Entrevista a Romina Yan


En revista Caras de esta semana Romina Yan, la protagonista de "B&B", es la tapa y acá te dejamos la nota para que la leas.

`Voy a celebrar mis 10 años de matrimonio con una ceremonia´
El amor cambió su vida

Mirada a la distancia parece esas personas que lo tienen todo. Una familia que pudo ofrecerle lo que ella necesitaba, unos padres —Gustavo Yankelevich y Cris Morena— que le facilitaron el desarrollo de su carrera como actriz -por ser productores televisivos-, un casamiento digno de una princesa que se prolongó en un matrimonio estable, tres hijos tan sanos y lindos que parecen salidos de una postal. Sin embargo, vista de cerca, Romina Yan (33) se asemeja mucho a una mujer de carne y hueso con todo lo que eso supone. Una mujer que, puesta a relatar su historia, abandona el relato lineal para desnudar las contradicciones, los miedos, la sensación de soledad y las zonas oscuras que conoció, y que la llevaron a tocar fondo y a manifestar sus angustias en trastornos alimentarios, antes que el amor de su vida, Darío Giordano (33), llegara para rescatarla y abrirle las puertas de una nueva existencia. “El es quien, en medio del momento más confuso de mi vida, me ayudó a que me encontrara conmigo misma y me enseñó a valorarme”, dice la protagonista de “Bella & Bestia”.
Hoy, Romina Yan ve con más claridad el camino que desea transitar. Y, aunque disfruta el éxito del ciclo que protagoniza con Damián de Santo, piensa la manera en que le gustaría dejar su profesión para darle a su vida un rumbo definitivamente a su medida.

—¿De verdad quiere dejar su carrera?
—Bueno, un poco esa es la idea. No sé si me gustaría dejarla del todo, pero quisiera tener una actividad paralela en la que me sienta cómoda. Y, si el día de mañana rindiera, podría dejar la actuación. Siempre fantaseo con dejar el tema de la televisión.

—¿Por qué?
—Disfruto muchísimo de mi laburo, me encanta actuar. Pero alrededor de la actuación hay todo un entorno que no me agrada tanto. Y, sobre todo, cuando tenés tres hijos y una familia como la mía, a veces se hace demasiado... (piensa). No sé si fastidioso es la palabra, pero este trabajo demanda mucho tiempo, implica demasiada exposición. Y llega un momento en que el equilibrio se empieza a perder por más que una lo busque. Y te empezás a angustiar, porque no rendís lo suficiente en tu trabajo o porque estás ausente de tu casa las horas que deberías estar. Por eso, prefiero evitar la exposición y trato de no ir ni siquiera a los estrenos, porque realmente la paso mal. No sé cómo evitar las cámaras y me da como una fobia. Prefiero mantener un perfil bajo, preservar a mi familia. Pensá que soy hija de padres conocidos así que viví mucho las persecuciones, los fotógrafos parados en la puerta de casa, todo eso.

—¿Lo sufrió?
—Sí, mucho. Cuando era chica me hacían sufrir las cosas que me decían mis compañeros del colegio, las burlas por lo que hacía mi mamá en la tele. Por eso trato de preservar a mis hijos. Tanto, que pienso que no me molestaría dejar todo. A diferencia de lo que les pasa a otros actores, no siento que necesite actuar para vivir. Esto de la tele me da un poco de vértigo.

—¿Para poder manejar todo lo que no le gusta de su papel de actriz es que siempre trabaja en programas producidos por sus padres? ¿Busca protección?
—No, al contrario. Ellos me dicen que tengo que hacer más notas, salir, hacer prensa. Trabajo con ellos porque me siento cómoda, me siento contenida, y muy cuidada.

—¿Pero eso no le genera inseguridad? ¿No le gustaría probarse en otros ámbitos?
—Es que no pasa por mí. Ocurre que no me han llamado de otros lados, y no me explico por qué. Ahora, me convocaron para hacer una película que no tiene nada que ver con mis viejos, y la hice.

—¿Por qué cree que no tiene demasiadas propuestas?
—Lo que pasa es que no siempre llegan en el momento adecuado. Por ejemplo, tuve muchas propuestas justo cuando quería tener otro bebé. Y las rechacé. Mi representante me quería matar, pero yo soy así. Soy muy metódica, insoportablemente estructurada. En algunas cosas me parezco a Bella, mi personaje de “B&B”. Siempre le digo a mi marido que a mí me cansa el agotamiento mental. Siempre estoy en mil cosas a la vez. En el laburo estoy pensando en los chicos que están saliendo del colegio y si me dejarán un mensaje diciendo que llegaron bien, para que me quede tranquila. Pienso en lo que comieron en el comedor para decidir qué tienen que comer en casa ese día. Entonces, llamo para pedir que les preparen lo que quiero que coman. O sea que voy pensado todo el tiempo. Y cuando llego a casa, la cabeza me explota. Además, no me gusta perder el tiempo. Entonces, si tengo un hueco libre no puedo tirarme a descansar. Necesito ocuparlo. Si planifico descansar, está buenísimo, de lo contrario tengo que hacer algo. Cuando tengo un bache en las grabaciones, hago las compras y las envío a casa. Si tengo otro bache, voy y me depilo. Soy muy organizada. Planifico todo y si me cambiás algo, me matás. Si pienso que voy a aprovechar un bache en las grabaciones para hacer un llamado al médico y no se da cuando yo lo esperaba me pongo de mal humor. Soy terriblemente obsesiva, y eso para algunas cosas me sirve y para otras me vuelve loca. Lo sufro cada vez que las cosas no se dan como yo quiero. En ese sentido, me gustaría ser un poco más como Damián, que vive la vida venga como venga, siempre relajado. Lo admiro por eso.

—Asegura que en algunas cosas se parece a su personaje. Como ella ¿podría enamorarse de un hombre como el que interpreta De Santo? ¿Su marido se le parece?
—No mucho. Pero tiene algo de Damián: con las cosas de la casa es un desbole. Me dice que le va a comprar la comida al perro y cuando llego a la noche, me entero de que se olvidó y que dejó al perro todo el día sin comer. Pero también, si tiene que tomar un antibiótico lo llamo para recordárselo.

—¿Y a él le gusta que usted sea así?
—Claro, son nuestros códigos. A veces le digo que no puede ser que lo tenga que llamar para hacerle recordar cosas, pero lo sigo haciendo. Es mi forma de cuidarlo, que sienta que lo amo.

—Su marido, además, es el padre de sus tres hijos. ¿Recuerda sus sensaciones como hija? ¿Cómo fue para usted ser hija de padres cuyos nombres eran tan significativos en el mundo del espectáculo?
—No tuve otros, así que no puedo decirte si tener padres como los que tengo es mejor que tener padres anónimos. Para mí ellos son simplemente mis padres, y punto. Lo que sí puedo decirte es que de chica sufrí el tema de la exposición pública a causa de ellos. Yo tendría 7 u 8 años cuando mamá hacía “Mesa de noticias”. La gente por la calle la reconocía y, cuando estaba conmigo, le pedían autógrafos. Entonces, yo me quedaba a un costadito mirando esa escena desde afuera, porque era demasiado fuerte para mí. Después, ya te dije, estaban las burlas y todas las cosas que me decían.

—Esa imagen de mujer siempre joven, atractiva, ¿no generó en usted un sentimiento de rivalidad?
—No. Es más, cuando era chica me encantaba estar con ella y que me viniera a buscar al colegio.

—¿Que la fuera a buscar bien vestida, arreglada, producida como una mujer de la televisión?
—En realidad, ella siempre tuvo un estilo muy particular. No cambió mucho con el tiempo: tiene su pelo largo, su forma de vestirse. Nunca me puse a pensar cómo quería que se vistiese para irme a buscar al colegio. Simplemente estaba contenta. Nosotras siempre fuimos muy diferentes, y eso es lo bueno. Nos parecemos en lo organizadas, en la dificultad que tenemos para delegar. Pero ella es más extravertida. Siempre me gustó estar con ella. De hecho los sábados mi papá llevaba a mi hermano a jugar al rugby y nosotras salíamos. Ese era nuestro día. Mirábamos vidrieras, íbamos a caminar. Lo único que no me gustaba cuando tenía 10 o 12 años era que me dijeran: ‘¿Ella es tu hermana?’. O le decían a ella “tu hermanita”, refiriéndose a mí. Pero la verdad, no tuve grandes conflictos con ese asunto. Ella estuvo muy pendiente de mí en la adolescencia. Estaba cuando iba a bailar y no sabía qué ponerme y me veía fea, típico de adolescente. Entonces, ahí estaba ella para armarme un conjunto que me dejara contenta. Reconozco que en la adolescencia una busca diferenciarse de los padres. De hecho, ella siempre fue rubia y yo morocha; ella siempre tuvo el pelo largo y yo después de hacer “Jugate conmigo” me corté el pelo carré, bien cortito. Creo que siempre lo hice en forma inconsciente hasta que empecé terapia. Me di cuenta de que buscaba diferenciarme, buscaba mi identidad. Si el tema me hubiera molestado tanto no hubiese podido trabajar con ella.

—¿Y qué es lo que hoy valora de sus padres y trata de trasmitirle a sus hijos?
—De mis viejos valoro muchas cosas. De todo, hay algo que siempre comentamos con mi hermano y que me encantaría poder hacer con mis hijos: no sé qué habrán hecho ellos para que ambos salgamos tan sanos. Ni mi hermano ni yo fumamos, no tomamos drogas ni nada de eso. Y con mi marido creo que vamos a poder hacer lo mismo con nuestros hijos, porque pensamos que lo más importante es el amor que les podamos brindar, el amor que ellos ven en su hogar. Y la verdad es que con Darío estamos todo el tiempo abrazados, de la mano, besándonos, diciéndonos 'Te amo'. Y creo que eso es muy importante para que ellos vivan en un ambiente cálido y de contención.

—Pero sus padres también se separaron.
—Mis viejos se separaron de grandes, yo tenía casi 20 años. Pero ellos, a pesar de haberse separado, mantienen una excelente relación. Nosotros somos muy unidos los cuatro, más allá de que cada uno esté en sus cosas. Somos un bloque muy unido. Si mi mamá necesitara algo, mi papá sería el primero en correr. Y a la inversa. De hecho, ellos se lo dicen todo el tiempo. Y eso, te relaja. Siempre nos inculcaron que teníamos que estar juntos, ayudándonos todo el tiempo. Y eso mismo trato de trasmitirles a mis hijos.

—Y en este jugo de diferencias y similitudes con sus padres, ¿no tiene miedo de separarse, como ellos?
—Cuando me casé con Darío lo hice con la convicción de que iba a ser para toda la vida. No sé qué es lo que va a pasar pero, hoy por hoy, para mí esta relación es para toda la vida. Hoy sigo sintiendo lo mismo, y cada vez estoy más enamorada de él. Sería una tonta si asegurara que me voy a morir al lado de mi marido. Pero eso es lo que deseo. Igual sé que hay muchas cosas que pueden pasar y derribar el amor. Cuando miro hacia atrás y veo que pasaron diez años, me sorprendo. Es increíble: el año que viene voy a cumplir diez años y la sigo pasando rebién con Darío. Me divierto mucho.

A los 33 años, protagoniza `Bella y Bestia´, la tira que produce su madre, Cris Morena. Tiene tres hijos y, desde hace 9 años está casada con el productor Darío Giordano. Hoy, cuenta cómo el amor la salvó en su más duro momento.


Se confiesa meticulosa y organizada por demás. Dice que no le gusta perder el tiempo y, cada vez que tiene un bache en las grabaciones, aprovecha para hacer las compras o para depilarse. Sus propias exigencias la extenúan.


Al mes de estar de novia con Dario Giordano —entonces, productor de exteriores de Telefé—, ella le propuso casamiento. Hoy se siente profundamente enamorada. Dice que el amor de Darío le permitió encontrarse con su parte más auténtica.

9 comentarios:

  1. hoy su muerte repentina. Lo que rescato de ella es el AMOR a sus hijos a su esposo a sus padres y hermano. Cuando hay amor en la familia siempre se mantine unida....

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  2. lei con mucha tristeza esta entrevista, no se cuando fue pero por lo que lei, al menos ella murio estado casada con dario queera lo ke ella pensaba.
    un saludo desde chile, es un perdida lamentable.

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  3. cuesta muchoo leer estooo!!ya que yo era ii lo voii a seguir siendo su fans Nº1...aunque alla muerto para mi sigue viva ii siempre al lado de su familia...siempre vas a estar al lado nuestro Rommmiiii...tkmmm

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  4. Desde Uruguay toda la fuerza para la familia de Romina.. padres, hijos, esposo, hermano, y flia..

    UN SER DE LUZ MARAVILLOSA HOY NOS ALUMBRA CON TODO SU AMOR.
    QUE MAS SE PUEDE DECIR. UNA GRAN PÉRDIDA..
    QUE DIOS LA TENGA EN LO MÁS ALTO Y QUE ESTA HERMOSA FAMILIA PUEDA SALIR ADELANTE..

    GRACIAS POR LLENARNOS CON TU LUZ.

    VALERIA C. DE MONTEVIDEO.

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  5. Desde Uruguay toda la fuerza para la familia de Romina.. padres, hijos, esposo, hermano, y flia..

    UN SER DE LUZ MARAVILLOSA HOY NOS ALUMBRA CON TODO SU AMOR.
    QUE MAS SE PUEDE DECIR. UNA GRAN PÉRDIDA..
    QUE DIOS LA TENGA EN LO MÁS ALTO Y QUE ESTA HERMOSA FAMILIA PUEDA SALIR ADELANTE..

    GRACIAS POR LLENARNOS CON TU LUZ.

    VALERIA C. DE MONTEVIDEO.

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  6. No tengo palabras. Necesitaba decirlo en algún lado, registrarlo en algún sitio. considero q no sé cómo se vive sin una mamá o sin una hija, además tan maravillosa. Se nota q tenía ganas de vivir, no entiendo por qué falló su programa de vida si lo deseaba tanto. Me duele en el alma. Abrazo a mis hijos y me los quiero tragar para darles amor a toda hora. Increíble.

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  7. se fue una estrllita muy buena y linda soy su cuñada la conosi mucho

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